Terapia psicológica para Mayores
Los cambios físicos, cognitivos y psicosociales asociados al envejecimiento pueden dar lugar otro tipo de problemáticas que pueden requerir de acompañamiento o intervención psicológica. Afrontar esta nueva etapa de la vida cuando la persona siente que ya no le queda nada por hacer, puede dar lugar a trastornos del estado de ánimo, aislamiento y, como consecuencia, deterior cognitivo.
Aislamiento social y soledad
Con la jubilación, la pérdida de seres queridos, la emancipación de los hijos y las limitaciones por problemas de movilidad se puede ir generando aislamiento. La soledad no deseada se puede abordar terapéuticamente para poder poner a la persona en disposición de establecer nuevas relaciones o poner en marcha otros recursos


Duelo y pérdidas
Al llegar a esta etapa y se han ido produciendo pérdidas que para la persona pueden haber sido o estar siendo dolorosas: roles sociales, salud, autonomía o familiares.
La depresión es muy frecuente en esta etapa y se puede confundir con síntomas propios del envejecimiento: demandas de atención por síntomas físicos, cambios de sueño y apetito, apatía...
Trastornos del estado de ánimo




Deterioro cognitivo o demencias
Ayudamos a afrontar el diagnóstico de demencia tanto para la persona como los familiares; damos estrategias para sobrellevar los cambios de humos, desorientación, problemas de memoria; apoyamos a los familiares a afrontar la sobrecarga, el estrés y prevenir el riesgo de depresión.